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Descripción
Anticorrosivo
Un anticorrosivo para calderas es un producto químico diseñado para proteger las superficies metálicas de la corrosión.
Esto es especialmente importante en el caso de las calderas, ya que estas están sometidas a altas temperaturas y a la acción del agua, lo que las hace más propensas a la oxidación.
Los anticorrosivos para calderas suelen estar formulados con compuestos químicos que reaccionan con el metal para formar una capa protectora sobre su superficie.
Esto es especialmente importante en el caso de las calderas, ya que estas están sometidas a altas temperaturas y a la acción del agua, lo que las hace más propensas a la oxidación.
Los anticorrosivos para calderas suelen estar formulados con compuestos químicos que reaccionan con el metal para formar una capa protectora sobre su superficie.
La corrosión de la caldera ocurre cuando el oxígeno dentro de la caldera se disuelve en el agua. El oxígeno disuelto luego provoca una reacción con el metal de caldera alto en hierro (ferroso) en un proceso conocido como oxidación.
Se desarrollan agujeros profundos y cavidades dentro del metal. Aumentan de tamaño con el tiempo, hasta el punto en que la caldera se destruye y necesita ser reemplazada.
Siempre que la corrosión esté originada por una reacción electroquímica (oxidación), la velocidad a la que tiene lugar dependerá en alguna medida de la temperatura, de la salinidad del fluido en contacto con el metal y de las propiedades de los metales en cuestión.
Otros materiales no metálicos también sufren corrosión mediante otros mecanismos. El proceso de corrosión es natural y espontáneo.
Un buen anticorrosivo debe ser capaz de proteger el metal de la corrosión durante largos períodos de tiempo, y debe ser fácil de aplicar para que el proceso de protección sea lo más sencillo posible.
Los principales motivos responsables de provocar la corrosión en las calderas son estos:
- Depósitos porosos, complejantes o quelantes.
- Oxígeno disuelto.
- pH ácido.
- Presencia de cobre y níquel, que provocan corrosión galvánica.
- Presencia de sólidos en suspensión y sulfuro de hidrógeno.
- Escondite u ocultación.
- Cabe mencionar que las corrientes de fuga y los choques térmicos en menor medida pueden provocar corrosión en las calderas.
Elementos que causan corrosión en las Calderas
- Amoniaco.
- Dióxido de carbono.
- Dióxido de azufre.
- Gas sulfídico.
- Oxígeno.
- Vapor.
- En las líneas de condensado, el oxígeno es el agente corrosivo más activo. Al mismo nivel de concentración que el dióxido de carbono, tiene una tasa de corrosión más alta de seis a diez veces.
Como controlar la Corrosión en Calderas
La protección de acero en un sistema de caldera depende de la temperatura, el pH y el contenido de oxígeno. Generalmente, las temperaturas más altas, alto o bajos niveles de pH y concentraciones más altas de oxígeno incrementan las tazas de corrosión de acero.
Los factores mecánicos y operativos tales como velocidades, tensiones del metal y severidad del servicio pueden influenciar fuertemente los rangos de corrosión.
Los sistemas varían en tendencias de corrosión y deberían ser evaluados individualmente.
El tratamiento para la corrosión debería ser con un único producto que controle los diversos problemas que podemos encontrar en una caldera.
Debe contener un dispersante polimérico para que inhiba la formación de incrustaciones, además, mantiene fluido el lodo de la caldera para que este pueda ser eliminado mediante la purga.
Debe tener también inhibidores de corrosión que forman una película delgada sobre los metales, así como agentes que reaccionan con el oxígeno disuelto en el agua y con el anhídrido carbónico que se genera en la línea de vapor.
Inhibidores: Un inhibidor es una sustancia química que, al añadirse al medio corrosivo, disminuye la velocidad de corrosión. Los más conocidos son los anódicos y catódicos.
Inhibidores anódicos: Los inhibidores anódicos, también llamados pasivadores son sustancias oxidantes, por lo general, inorgánicas, que aumentan el potencial electroquímico del material por proteger, volviéndolo más noble.
Inhibidores catódicos: Los inhibidores catódicos controlan el pH del medio corrosivo, que impide que las reacciones de reducción ocurran.
Estos evitan la reducción ya sea, de iones de hidrógeno en moléculas de hidrógeno, en medios ácidos, o de oxígeno, en medios alcalinos.
Recubrimientos orgánicos: Los recubrimientos orgánicos son de sustancias a base de polímeros (pinturas), resistentes a la degradación, que se emplean para recubrir el material por proteger.
Estos actúan mediante ya sea, la formación de una barrera, que impide en gran medida la penetración de oxígeno y agua, o la inhibición del proceso de corrosión, al incrementar tanto la resistividad eléctrica como la iónica, cortando el ciclo de corrosión.
Recubrimientos metálicos: Consiste en recubrir el material a proteger con algún metal que tenga mayor resistencia a la corrosión.
Existen diferentes métodos para efectuar estos recubrimientos, y los más utilizados son el electroplating y el galvanizado.
Electroplating: Es un proceso de protección en el que se utiliza una corriente eléctrica externa para depositar un material con mayor resistencia a la corrosión sobre su superficie.
Galvanizado: El material por proteger se sumerge sobre un baño del metal de recubrimiento, el cual tienen un mayor potencial electroquímico.
Recubrimientos no metálicos: Trata sobre recubrir el material a proteger con el uso de un material no metálico, que impida el proceso de corrosión. Existen diferentes métodos para efectuar estos recubrimientos.
El más utilizado es el anodizado, este método se emplea en materiales de pasivasion, y consiste en el uso de una corriente eléctrica sobre el material por proteger, de modo que el potencial electroquímico del sistema induzca a un comportamiento anódico a dicho material, generando el desarrollo de una capa de pasivación.
Protección catódica: Radica en modificar relativamente el valor del potencial electroquímico del material por proteger, haciendo que este material se comporte como un cátodo.
Se emplea mayormente en sistemas enterrados o inmersos en agua de mar.
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